HOMETOWN
- Laura Isabella Meza cala
- 4 nov 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 20 ene 2023
Barranquillera de corazón y Salgareña por elección

Foto tomada por mi maravilloso padre Juan Meza
Nací y crecí en Barranquilla, una ciudad enclavada en la región del Caribe colombiano.
Mi ciudad natal, como muchas otras poblaciones ubicadas lejos de la ciudad capital, Bogotá, ha sido históricamente más vulnerable en términos de su desarrollo social.
Not to be dramatic pero vivir en quillita ( coloquialmente le decimos así) ha sido y es una de las razones por las que siempre me imaginé trabajando para contribuir a las diferencias dentro de mi ciudad, y fuera de ella, entendiendo y resolviendo problemas reales de la sociedad, y una de las cuales decidí estudiar sciences po.
Si bien, como les comento, soy barranquillera, pero a la edad de tan solo un año, mis padres tomaron la decisión de mudarnos a Salgar, Puerto Colombia. Puerto Colombia, se utilizaba como puente aduanero, llegaron familias, migrantes, comida y demás. Salgar, es un corregimiento del municipio de Puerto Colombia, tiene una población de alrededor 3600 habitantes. Es un pequeño paraíso que posee playas y zonas verdes amplias. Para ser honesta, siempre me fue difícil entender porque vivíamos tan alejados de la ciudad, recuerdo en my teenage era, me molestaba por querer pasar más tiempo con mis amig@s y no poder porque había que volver a casa, supongo que tanto para mis padres y mi hermano también pasaron por ese sentimiento, o algo parecido. Por lo menos para mi papá que tenía que recorrer toda la ciudad para llegar a su trabajo.
El corregimiento quedaba a tan solo quince (15) minutos de mi colegio y a veinte (20) de la ciudad ( ahora viviendo en Madrid hasta me los camino, las cosas de la vida) pero el cambio en el desarrollo urbanístico se percataba insaciablemente. La mayoría de la población salgareña son pesqueros, familias terratenientes que fueron formando sus hijos, nietos y fueron formando negocios familiares de acuerdo al aprovechamiento que el corregimiento les brindaba. Como ejemplo, me acuerdo que de pequeña estuve en la guardería, la profesora Nayo, mi vecina, me cuidaba como una más de sus hijas, y me traía a casa cerca de sus padres, mis vecinos también.
Recuerdo haberme criado en una casa llena de mucho amor, rodeada de mucha diversión, mis amigas del colegio quedándose en casa, haciendo pijamadas y jugando en la pileta.
A medida que fui creciendo fui notando lo olvidada, administrativamente hablando, que se tiene a mi corregimiento, el provecho turístico, y educativo es hasta ahora incierto. Durante ese esfuerzo educativo personal que empecé en 2017 en la carrera de ciencia política, comencé a ser más consciente de los requisitos mínimos para una mejor e igual calidad de oportunidades sociales, económicas y políticas. Algunos de los obstáculos que pude percibir de nuestro sistema, son la falta de estudio de las demandas y la alta elaboración de políticas públicas que no controlan el problema real. Lo anterior, conlleva a la deficiencia de gobernanza, debido a la exigencia de calidad, eficiencia y orientación para resolver las demandas socio-económicas actuales de la región Caribe colombiana, la cual nos afecta a todos según nuestras necesidades.
Les dejo esta pequeña reflexión que he realizado analizando las alternativas que tiene el corregimiento actualmente en materia de un turismo ecológico, encabezado por las familias cuyos hijos y nietos aún viven ahí, y la cual sus alternativas son enormes. Muchas de las propuestas que se han encaminado son en materia de urbanización, si bien es importante, conectar el corregimiento con el resto de la ciudad, también es de gran importancia mantener una línea estrategia paralela para el desarrollo cultural pesquero y turístico de Salgar.
Me alegra haber presenciado cómo poco a poco se va embelleciendo el corregimiento, no obstante, falta mucho por corregir y recorrer en estas cuestiones.
😍