Petro como marca política
- Laura Isabella Meza cala
- 6 may 2023
- 2 Min. de lectura
Una parte del estudio continuo en comunicación política (COMPOL) se centra en el comportamiento humano de los dirigentes en cabeza.
La comunicación política puede entenderse como un proceso dinámico y bidireccional entre dos o más interlocutores, donde dichos participantes tienen en cuenta los estímulos cognitivos y emocionales o viscerales de los involucrados en la transacción (Thayer 1975: 48-51), esto permite encajarlos con un arquetipo que los identifica como los pilares necesarios que serán tendencia en sus lemas, objetivos, estrategias, debilidades y más, en los años de gobierno que les espera.
A continuación les introduzco un breve análisis de la marca política del Presidente de Colombia Gustavo Petro.
En la teoría de los arquetipos - basada por Carl Gustav Jung- se identifican cuatro ejes centrales, dentro de los cuales el gobernante en cuestión está orientado hacia la generación de cambio.
En marketing político 1.0 nos enseñan que las bases para fundar tu marca empiezan desde ahí, ¿ serás un agente de continuidad?, o ¿serás un agente de cambio?.
Construir una imagen es importante porque te ayudará a conectar con tus votantes, definir los valores de tu campaña y destacarlos en ti como marca política.
Sin duda, el carácter de cambio lo hemos podido notar desde los inicios de su vida política - mucho antes de sus intentos a la presidencia - Gustavo formaba parte de un grupo revolucionario y de lucha guerrillera, Movimiento 19 de abril (M19), militante del cambio al sistema político colombiano.
Desde ese momento, su arquetipo se empezó a fundar, su lucha desde la revolución, las marchas y un movimiento comandado por pobres, desplazados del sistema político y social, toman la forma que predomina en muchos de sus discursos y en lo que basa su personalidad de líder de oposición. En esta misma línea, Petro combina varios arquetipos que describe Jung, como el gobernante, el explorador y el creador. Estos tres arquetipos lo marcan como un personaje que vive con una lucha constante a encontrar nuevos cambios, son creativos, no se encuentran encasillados con normas previamente establecidas, son personajes que transmiten la sensación de poder y son rigurosos.
Últimamente, se ha evidenciado como baja su popularidad, y que de acuerdo con Statista Research Department solo el 39 por ciento de los colombianos aprueban su gestión.
La gestión del cambio con un electorado altamente polarizado, en un país con un contexto político y social desigual, nos deja un camino difícil a reformas si no se logra la unidad. En parte, muchos de los comentarios hacia su gobernanza se basan en su marca política, la redundancia de ser un gestor de cambio y no poder generar esos cambios que se prometieron en campaña generan un quiebre del storytelling con el storydoing.
Finalmente, la baja gobernabilidad al cambio en los últimos años también genera miedo, miedo a un líder de oposición, motivado por la lucha, las movilizaciones y las reformas. La unidad es más que un indispensable en estos momentos, por lo que actualmente su marca política podría sufrir modificaciones si de coalición se tratase para generar el cambio que tanto expresa en su gestión de gobierno.
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