¿Qué tanto impactamos en la vida de las personas?
- Laura Isabella Meza cala
- 30 oct 2024
- 4 Min. de lectura

En la política siempre hemos de participar para tener impacto en nuestro entorno. Cada sociedad comparte intereses comunes que pueden verse amenazados cuando la administración no actúa de manera eficiente para satisfacer las demandas colectivas. En ese contexto es donde se introducen los grupos de presión, conocidos también como lobbies. Estos intervienen buscando influir en las decisiones administrativas para promover medidas que beneficien los interés específicos de los sectores que representan.
Ahora bien, para impactar debemos influir en las decisiones de los demás. El poder de influir. El poder en la ciencia política lo podemos entender como un juego de dinámicas, donde una fuerza de un actor o actores puede influir o controlar el comportamiento de otros.
El poder concebido desde esta capacidad, se da con el fin de lograr objetivos, tomar decisiones y determinar la distribución de recursos en una sociedad. El poder no solo implica el uso de la fuerza o la coerción, sino también la capacidad de persuadir, negociar y estructurar las reglas y normas que gobiernan una comunidad.El poder moldea y forma todo lo que conocemos. Desde políticas públicas, lo que vemos en los medios, hasta la sociedad. El poder existe porque lo permitimos. El poder lo conocemos, desde los patrones familiares donde se concede esa fuerza de mantenimiento, pero muy a menudo esa fuerza es dada y no concebida por simple influencia o persuasión.Sin duda, el poder no es solo político, el poder se extiende más allá de las normas gubernamentales que conocemos. Como mencioné anteriormente, la familia, en el lugar de trabajo e incluso con tus amigos.
El poder lo podemos observar en nuestras vidas cotidianas. Como por ejemplo, mi prima Sandra y yo, coexistimos bajo el mismo techo, y hace un año acá nos hemos vuelto una persona importante en la vida de la otra. Por ejemplo, Sandra y yo llevamos veinte años de diferencia. Ustedes creerían que el poder es reconocido aquí, ella por los años de experiencia que me lleva en esto tan pasajero que llamamos vida, pero, Dahl, nos propone una perspectiva sobre el poder que creo que cabe perfecto en nuestras vidas. Robert Dahl, propuso una definición práctica sobre lo que es el poder, él afirma que el poder es la capacidad de A para hacer que B haga algo que, de otro modo, no haría.
Ahora, acá las maneras en que yo he influenciado a Sandra: yo, al haber crecido en una sociedad con mayores avances tecnológicos tengo un enfoque distinto en temas sociales, teniendo una actitud más abierta sobre temas a los que ella consideraba tabúes. Considero que esto generó en ella la motivación de adaptarse y abrazar nuevas experiencias. Por otro lado, mi enfoque siendo mucho más abierto hacia el cambio, le ha dado la energía y el optimismo de ver que la vida no termina a una edad, inspirándose a replantearse metas e incluso a explorar nuevos intereses.
Ella, por su parte, me ha ayudado a no ahogarme en un vaso de agua. Tras varios años me había impuesto una clase de miedos que ni yo sabía porque y que eventualmente me fui deshaciendo de ellos. Mi generación suele tomar los temas más de manera sensible, lo que se nos hace en ocasiones difícil para gestionar relaciones complejas o desarrollar habilidades para afrontar el estrés o la incertidumbre. Ella me ha ayudado a ver que las metas son simples ideas, y que el éxito viene acompañado de muchas más cosas de lo que el sistema dicta. Su influencia va desde lecciones de resiliencia hasta orientación de los desafíos a largo plazo.
Aunque en ocasiones, simplemente tomamos el camino que cada una considere el mejor, cada vez que alguna trata de tomar una decisión se genera un diálogo, lo que permite que esa relación intergeneracional cree un ambiente de retroalimentación y de crecimiento para ambas, donde la sabiduria de la experiencia se une al entusiasmo del futuro, fomentando una influencia positiva y reciproca que enriquece a ambas. Puesto así, si lo vemos desde una visión más política, podemos entenderla como el llamado a la acción para los ciudadanos que desean transformar sus entornos mediante la participación activa y la defensa de sus intereses, muestra que el cambio real es posible cuando se tiene el valor de actuar y el conocimiento para hacerlo, asimismo como pasa en nuestra cotidianidad, donde hallamos personas que nos inspiran y nos ayudan a ver la vida diferente, generando ese cambio que de alguna manera u otra nos involucra en la sociedad como mejores ciudadanos.
La participación activa en la política es esencial para influir positivamente en nuestro entorno, ya que toda sociedad comparte intereses comunes que dependen de una administración eficaz para satisfacer sus demandas colectivas. Cuando esta eficiencia falla, surgen los grupos de presión o lobbies, que buscan influir en las decisiones públicas para representar intereses específicos.
En la ciencia política, el poder es la capacidad de un actor para influir en el comportamiento de otros, y no se limita a la coerción; también incluye la persuasión y la negociación de las normas que rigen la comunidad. Este poder no se observa únicamente en la esfera política; se extiende a la vida cotidiana, en las relaciones familiares, laborales y personales. Un ejemplo es la relación entre personas de distintas generaciones, como la que mantengo con mi prima Sandra, veinte años mayor que yo. Aunque su experiencia le permite enseñarme sobre resiliencia y perseverancia, mi visión más abierta sobre temas sociales ha influido en ella para replantearse metas y explorar nuevos intereses.
Este intercambio de perspectivas y conocimientos crea una retroalimentación que nos permite crecer juntas, donde la experiencia se encuentra con el entusiasmo por el cambio.
La influencia positiva no solo se limita al ámbito personal; también puede impulsar transformaciones en la sociedad cuando la aplicamos al compromiso con los procesos democráticos. Así como influimos en quienes nos rodean, podemos involucrarnos activamente en nuestra comunidad para generar un cambio real y duradero. Entonces, ¿qué impacto tienes tú en la vida de los demás?
Referencias
Dahl, R. A. (1957). The concept of power. Behavioral science, 2(3), 201-215.
Alemanno, A. (2017). Lobbying for change: Find your voice to create a better society. Icon Books.
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